I
SÍNTESIS
Por
Moisés García
One moment at a time fue la primera de tres piezas
cortas en presentarse la noche del 11 de octubre en la sala de nuestro pequeño
pero bien querido teatro Anita Villalaz.
A cargo de la compañía canadiense de
danza contemporánea Trip The Ligth Fantastic, que por segunda vez se presentaba
en la octava edición del festival Prisma 2019, la puesta consistió de un
solo cuya ejecutante, Janelle Hacault, bailó con esmero, maestría, encanto y
picardía, desarrollando en su trayecto secuencias de danza contemporánea
apoyadas en hip hop y teatro, lenguaje que domina a la
perfección.
Hacault ejecuta cada movimiento con
precisión y destreza, yendo al piso, saliendo de él, saltando y corriendo. En
el escenario cuelgan, como suspendidos en el aire, vestimentas de mujer. Abajo,
tres sillas inmóviles vestidas con coloridas prendas femeninas lo adornan y,
transcurridos unos minutos, empiezan a moverse mágica, lenta, casi
imperceptiblemente, hasta salir del escenario, dejando la casa limpia en este
discurso sobre el tiempo.
El trabajo dirigido por Kyra Jean Green,
mente maestra de este espectáculo, concluyó en una sala repleta con
fuertes aplausos de gente entusiasta.
¿CUÁNTO DURA EL TIEMPO?
Por Brígida Tobón
La primera imagen que captura el espectador al
entrar al teatro para ver el solo ONE MOMENT AT A TIME es la de un palco
escénico habitado por varios vestidos suspendidos
en el aire, cuatro sillas y un libro hibernando sobre el piso. En tres de las
sillas, seres invisibles ataviados con trajes coloridos escudriñan al
espectador mientras la cuarta, vacía, espera ser bailada.
Se apagan las luces plenas, todo es oscuro…y cuando
el silencio es el único respiro, estallan los acordes de una sinfonía clásica.
Un chorro de luz cenital revela un cuerpo femenino que, acurrucado sobre la
silla vacía, murmura historias antiguas, se envuelve y desenvuelve sobre sí misma y abre sus ojos inmensos, de batracio prehistórico, para mirar en el
tiempo.
El solo de danza contemporánea, propuesto por el
grupo canadiense Trip The Light Fantastic (TTLF) en el Teatro Anita Villalaz la
noche del 11 de octubre, fue interpretado
por Janelle Hacault con coreografía de Kyra Jean Green. Inspirado en una pieza
realizada por el grupo en 2018, busca “explorar el espacio entre segundos, que pueden parecer eternos”, según
dicen sus creadores.
La danza discurre oscilando la velocidad con la
lentitud, la contracción con la distensión, la alegría con el horror. La
bailarina, con rigurosidad y mucha técnica, va trazando sobre el escenario líneas
intangibles hasta crear una tela de araña por donde transitan sus reflexiones
sobre el significado del tiempo. Para ello, el performance abre sus
puertas a la creación de situaciones dramáticas, improvisaciones, uso de voces
y textos. La corporeidad se plantea como un sujeto imaginario y moldeable, como
una red sensible que absorbe pero también permea hacia el público el pensamiento
sobre el significado del tiempo.
Un halo hipnótico
acompaña el espectáculo: sillas que se desplazan solas empujadas por los
fantasmas que las habitan y que representan todos aquellos que han existido en
algún instante; manos que se pierden en la cavidad bucal de la bailarina
poseída por el espíritu de Saturno devorando a su hijo en la pintura de Goya; o
movimientos-contorsiones que esculpen sobre el escenario imágenes tan disimiles
como
caracoles, satélites abandonados en el
espacio, o simplemente dudas. Todos recursos que buscan enfatizar lo disperso y
etéreo que es el espacio-tiempo.
Después de la reflexión propuesta por TTLF, el
espectador es quien responde si el tiempo percibido durante la función fue más
largo o corto que los treinta y cinco minutos que bailó Hacault.
Con fotos de Eduard Serra
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