El laboratorio Escribir la danza, facilitado en la Casa del Soldado por el crítico español nacido en Venezuela, Omar Kahn, entre el 6 y el 9 de octubre de 2019, impuso como reto a sus doce integrantes escribir reseñas críticas de 1200 caracteres sobre la obra 4 JHON, un homenaje al brillante compositor estadounidense John Cage, de la compañía italiana Esklan Arts Factory. La obra, con dirección y coreografía de Erika Silgoner y Bob Bobsil, fue presentada el lunes 7 de octubre en el Teatro Nacional. Los textos fueron castigados y discutidos posteriormente de cara a ser corregidos y colgados, algunos de ellos, en este CorpoBLOG. ¡Te invitamos a leerlos a continuación!
Sin explicaciones, nos recorre el sonido
Por Leila Nilipour
El hormigueo entre las butacas del
histórico Teatro Nacional da la sensación
de estar habitando una ilusión. El escenario: oscuro y desnudo, no es indiferente. En breve lo ocupa la figura
ligera de una bailarina italiana que emite alaridos agudos, ruge, juega con su
voz. Explora sus cuerdas vocales en unísono con sus movimientos.
Este será el inicio de un diálogo entre el sonido, el silencio y la
narrativa corporal de tres bailarinas y dos bailarines de la compañía italiana
Esklan Arts Factory, una de 14 compañías internacionales participando en el
Festival Internacional Prisma Danza 2019.
En un homenaje al compositor
estadounidense, John Cage, la pieza 4 JOHN ofrece un constante estímulo auditivo y visual. Los ruidos
humanos toman protagonismo; los bailarines indagan sobre el fluir de sus
cuerpos, el espacio, los demás. A ratos, la voz y las ideas de Cage atraviesan
el escenario –también su música– y ellos danzan en su honor.
Sin guion y sin deberle explicaciones a nadie, 4 JOHN invita a la
contemplación. Entre quietud, arrebato y oportunidades fugaces para la rebeldía,
la pieza absorbe al público absolutamente. Y
es aquí donde quizás coincide con Cage: logra ser auténtica y provocadora, en
su ambigüedad.
El susurro de los insectos
Por Brígida Tobón
Platón afirmaba que los planetas se movían sobre esferas que emitían una
música continua. Debe ser así, porque cuando el grupo italiano de danza
contemporánea Esklan, con
sus cinco bailarines, comienza a girar en la órbita del escenario el murmullo
de sus movimientos, sumado al respiro agitado de sus cuerpos, crean una
sinfonía que llena el teatro.
4 Jhon es un espectáculo
concebido como homenaje al músico John Cage. En él, los bailarines danzan al
compás del silencio y de sus ruidos internos. Danzan el eco que llega desde el
público; danzan las gotas de sudor, puros cristales, que tintinean
imperceptibles; danzan la colectividad y también la soledad. Como si trataran
de armar los hexagramas del I-Ching, que tanto influyeron el universo de Cage,
edifican con impactante fuerza técnica y
física momentos de encuentros y abandono;
de fuerza y fragilidad; de poesía y espanto. Quizás, a veces muy lento, y otras,
con cortes abruptos; pero siempre bailando el sonido inherente al universo.
El pentagrama del
espectáculo termina de escribirse con voces en off que invitan a reflexionar sobre la cultura, a través de cantos
guturales, de pianos que vociferan dolor, de agujeros negros entonando si bemoles, y con secuencias de palabras
que se repiten entre susurros de insectos. Son los ruidos de la vida.
Influir
en la danza haciendo silencio
Por Luis Guillermo Martínez
Para que John Cage trascendiera
como compositor y teorista musical, su pivote fueron el ruido y el silencio. A
un lado de la armonía, con esos elementos despertó su amor por la composición y
la vida misma. Mientras él exploraba nuevos confines, a su público lo
contagiaba con impaciencia, sorpresa y vértigo: «La experiencia sonora que yo
prefiero por encima de todas es la del silencio».
Erika Silgoner traslada en fondo
y forma la filosofía de Cage al montar 4 John. La coreógrafa italiana trajo a
Panamá la cuarta obra de su compañía Esklan, que ella fundó en Milán en 2015,
ante un flamante Teatro Nacional reabierto.
4 John, interpretada por 5
profesionales de la danza contemporánea, se apoyó en la sublime (y a la vez
incómoda) destreza de Chiara Corradi, quien sorprendió a una audiencia
enmudecida por una propuesta que coqueteaba con lo absurdo y lo bello de las
relaciones entre personas.
Danza indeterminada o la negación del movimiento
Por Alex Mariscal
Dentro del marco del octavo festival Prisma de danza contemporánea, hoy lunes 7 de octubre la compañía ESKLAN ART’S FACTORY presentó el espectáculo 4 JHON, de los coreógrafos Erika Silgoner y Bob Bobsil. En el escenario del reabierto Teatro Nacional una bailarina produce sonidos con su boca y pies, mientras hace guiños tímidos a los espectadores para propiciar una pieza dancística en honor al músico norteamericano John Cage. A continuación, se incorporan 5 cuerpos más, a quienes los coreógrafos hacen vibrar sobre la partitura del espacio para reproducir en su danza el concepto de lo indeterminado planteado por el célebre compositor, quien pensaba que una composición es «una total negación de los deseos intencionales». En esta pieza, los bailarines inician el movimiento y lo interrumpen, imitando al pianista de 4:33 —composición de Cage— quien golpea las teclas, cierra el piano y espera inmóvil. En su desarrollo, los cuerpos generan movimientos que se convierten en pausas, en suspensiones del cuerpo que aguarda. Los coreógrafos ofrecieron una composición de danza indeterminada en honor al sentir del maestro. Una partitura de movimientos, pausas, sonidos, esperas y silencio.
¿Y
si rompemos la cuarta pared?
Por Thyrza Guerrero
A cargo de la compañía italiana de danza ESKLAN
ART´S FACTORY, con lenguaje corporal bien articulado, complejo y honesto, Erika
Silgoner y Bob Bobsil presentaron la pieza 4 John, en el marco del 8vo Festival
Internacional de Danza Contemporánea de Panamá, PRISMA.
Sobre las 7:30 p.m., el público ingresó a la sala
del Teatro Nacional ignorando que sería un intérprete más de la propuesta
escénica.
4 John, homenaje al brillante compositor
norteamericano John Cage, muestra una correlación entre el sonido de la pieza y
la reacción del público. Sorprende la respuesta creativa, y hasta ese momento desconocida
por los bailarines, a los sonidos no guionados, expresados espontáneamente por
el espectador. En ocasiones, los bailarines se valieron del silencio para
trasgredir límites definidos por la técnica y el estilo, y explotar nuevas
posibilidades usando sonidos producidos fuera de escena.
Cuerpos
como dispositivos de sonido
Por Salvador Medina Barahona
La pieza 4 JOHN,
de los coreógrafos Erika Silgoner y Bob Bobsil (Cía. Esklan, Italia), con que
reabrió sus puertas el Teatro Nacional este 6 de octubre de 2019 en el marco
del festival Prisma, es un resuelto planteamiento de que el sonido es anterior
a la danza.
Vocalizaciones, instrucciones en off; frotamientos y golpes sobre el piso;
palmadas en el cuerpo, cachetadas, carraspeos; inspiraciones y exhalaciones
suaves y frenéticas; guturalidad y silbidos; el ¡bu!, onomatopeya del susto,
nos confirman que «El sonido está actuando», como ha propuesto John Cage,
célebre compositor estadounidense a quien esta pieza rinde tributo.
Cinco cuerpos en estado de alerta son dispositivos
que generan sonido y danza a partir de comandos sonoros ambientales. El
escenario es austero, metáfora visual del silencio como precuela de las potencialidades de una Gran Voz Matriz y las múltiples
voces que la suceden y la revelan. Los cuerpos oyen, se activan al menor
estímulo, bailan en pulsiones a ratos aleatorias.
ocho por cuatro, cultura y John Cage
Por Guillermo Montiel
La
receta preparada por el festival Prisma para la noche del lunes 7 de octubre
fue: 8 x 4 = Cultura. Esto es, 8 años
de maratónico trabajo realizado en este festival internacional de danza
contemporánea POR 4 años de espera para
la reapertura del Teatro Nacional de Panamá es igual a celebrar la cultura de
todo un país. Y lo hizo trayendo a escena 4 John, una pieza homenaje a uno de los
compositores más grandes de la música del siglo XX: John Cage. Sigue latente mi
asombro de haber visto cómo sus primeros treinta minutos transcurrieron sin música
alguna, solo con sonidos producidos por los intérpretes, el recinto y la
audiencia. Este
trabajo de la compañía italiana Esklan Art Factory, coreografiado y dirigido
por Erika Silgoner y Bob Bobsil, en apariencia sin estructura musical, ejecuta de manera
magistral una composición
sin tiempos ni guías, sujeta solo a los movimientos coreográficos, al azar como
fuerza creadora y a la ruptura de la cuarta pared como punto de soporte entre
un movimiento y otro. El resultado final es que dentro del sinigual contexto
que se resume en la fórmula 8 x 4 = Cultura todos fuimos
movidos, inmersos en el silencio del señor Cage, hacia la otra, secreta fórmula del
poder intrínseco de la danza contemporánea.
Fotos de Eduard Serra
*
Este blog es curado con el apoyo de