domingo, 6 de octubre de 2019

M A T M O


Por Moisés García
Xielo, viernes 4 de octubre de 2019

«Matmo proviene de las palabras “materialismo” y “monstruo”. Esta pieza […] habla de cómo el cuerpo aéreo, el espacio y objetos comunes interactúan y se transforman, así como su sonido. Si es verdad que todos los aspectos de la mente son el resultado de interacciones materiales, ¿en qué nos convierten los objetos y espacios con los que nos relacionamos?»  De las notas de programa





Materia Monstruo, monstruo del mar o monstruo creado de los escombros de una ciudad anegada en basura metálica, cemento, cartón; ignorada e inorgánica. Una ciudad donde lo material se descubre viviente y donde el cuerpo humano, plástico, es simplemente un elemento más, una materia que se deja ver como una molécula flotando en medio de rayos de luz que llegan hasta las profundidades de un Xielo sumergido en el agua.




Al encontrar un espacio alternativo, muchas veces hay tantas realidades y subjetividades que guardar para hacer del lugar un entorno más estético y amable.

En esta ocasión, la presencia de aquellas barras y vigas metálicas apuntando en todas  direcciones, más esa luz cegadora y deformante de la imagen, instauraron el espacio perfecto para que la ítalo-panameña Eleonora  Dall'Asta, del colectivo La tribu performance (Italia / Panamá), colgara de aquel imperceptible arnés y pudiera mover a sus anchas a este ser que seguramente pesaba mucho más que ella.

Aun así, en sus subidas y bajadas —en absoluto control— ninguno tocó el suelo hasta que la danza vertical estuvo concluida.




Más de ciento veinte personas conformaron este teatro arena invertido: 360 grados de personas miraban hacia arriba en todo momento, salvo que quisieran mirar hacia la otra parte importante de esta obra: los músicos Hara Alonso y Julián Osvaldo Díaz, quienes completaban esta experiencia audiovisual en el acto, estimulados el uno con los otros dos, y los tres (Eleonora, Hara y Julián), con el MATMO.  De esta conversación, a nosotros, acá afuera, solo nos quedaba conmovernos con la sutileza y el espesor de la acción, el movimiento y el sonido.






He aquí cómo, al interactuar tecnología, arte, técnica, música, sonido, reciclaje y una gran oficiante del circo contemporáneo, se luce quien sin duda es una de las mejores artistas de este género en Panamá, y en uno de los mejores festivales de danza contemporánea de la región.



Nota del curador:

En una breve entrevista concedida por Hara Alonso (España) y Julián Osvaldo Díaz (Panamá), revelaron que el procesamiento de audio de la obra, o su musicalización, se dio a partir de una larga muestra sonora orgánicamente creada por Hara para el primer video de MATMO.

Díaz relató que dicha muestra surgió de la experimentación, mientras Eleonora ejecutaba. Esto es, los micrófonos grabaron los tubos que son la metáfora del monstruo. «Estas  grabaciones a su vez generaban otros sonidos desde distintos ángulos».



Hara, por su parte, dijo que la materia musical y sonora está muy relacionada con la materia misma de MATMO, con los tubos, con la fisicalidad del metal, su movimiento. «La primera idea fue grabar los propios sonidos [por ellos generados en su moción], y empezar a procesarlos, secuenciarlos, filtrarlos, y con ese material darle una estructura más musical». Agregó que, luego, Osvaldo hizo un segundo planteamiento y que el resultado «es la pieza que hemos escuchado», pero que ha de cambiar cada vez que se presente.
                                                                                              SMB



-con fotos de Eduard Serra-

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